La sopa castellana ha sido un almuerzo muy frecuente en la antigüedad en muchos sitios de España.Se desayunaba en un café bebido al alba y un par de horas después, para mantener las fuerzas, se tomaban las sopas de ajo, generalmente con uno o dos huevos dentro, que se cocinaban al calor de la sopa. En ciertas zonas de nuestro país es un plato típico de Cuaresma. Se trata de un plato adecuado a las costumbres religiosas ya que no tiene carne y su textura y composición recuerda mucho a la estética y sobriedad de estas fechas.
Es costumbre además que sea servida esta sopa tras noches de actividad, y algunos autores mencionan lo sano de esta ingesta matutina debido a que es de fácil digestibilidad, actúa, al mismo tiempo, como emoliente y neutralizante de la mucosa estomacal irritada por los abusos.
Se sirve muy caliente, habitualmente en una cazuela de barro, de variadas formas.
Es costumbre además que sea servida esta sopa tras noches de actividad, y algunos autores mencionan lo sano de esta ingesta matutina debido a que es de fácil digestibilidad, actúa, al mismo tiempo, como emoliente y neutralizante de la mucosa estomacal irritada por los abusos.
Se sirve muy caliente, habitualmente en una cazuela de barro, de variadas formas.
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